Las abejas son unos bichitos súper interesantes. Lo mismo te construyen unas colmenas en espiral sin que nadie sepa por qué que se ponen a hacer miel azul porque han encontrado una fábrica de M&Ms cerca.
No solo eso, sino que las abejas son capaces de percibir el tiempo, y si esto de por sí no es fascinante, la historia sobre cómo se descubrió lo es todavía más. Para conocerla, tenemos que remontarnos a un estudio publicado en 1929.
Hora de comer
Todo comienza en 1929, cuando Ingebord Beling, un etólogo alemán publica un paper muy conocido y citado «Über das Zeitgedächtnis der Bienen«, traducido como «Sobre la memoria temporal de las abejas». Beling entrenó y marco a una serie de abejas forrajeadoras (son las que recogen el polen y néctar) para volar todos los días a un cuenco de agua con azúcar.
Beling rellenaba el cuenco con azúcar entre las 16:00 y 18:00. El resto del tiempo el cuenco estaba vacío. Pues Beling descubrió que las abejas solo visitaban el cuenco a la hora en la que estaba lleno, incluso aunque solo hubiera agua sin azúcar. Este mismo experimento se repitió a oscuras (para salir de dudas de si las abejas medían la angulación del sol, por ejemplo) y el resultado fue el mismo.

¿Qué hizo Whal? Recreó el experimento en una mina de sal subterránea controlando aspectos como la temperatura, la iluminación, la humedad, la ionización atmosférica e incluso la radiación ultravioleta. ¿Resultado? Adivinad: las abejas seguían yendo a comer a la misma hora.
La cosa se pone interesante, pero ¿y si siguen otro mecanismo? Llegamos así a 1960, cuando Maximilian Renner publica los resultados del estudio «La contribución de la abeja melífera al estudio del sentido del tiempo y la orientación astronómica«.
¿Resultado? En lugar de volar al cuenco entre las 20:15 y 22:15, las abejas lo hicieron a las 15:00 por un sencillo motivo: tenían una especie de jetlag. Ni una sola abeja apareció entre las 20:15 y 22:15. El experimento se repitió en sentido contrario (de Nueva York a París) y el resultado fue el mismo. Es decir, que las abejas tienen un regulador intrínseco al organismo independiente del medio ambiente que les sirve para percibir el tiempo.
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Author: viajes24horas
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